3 jul 2016

Donde los escorpiones. Lorenzo Silva.



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En estos días termino de leer la última novela de Bevilacqua y Chamorro, “Donde los escorpiones”, y me gustaría hacerle llegar algunas consideraciones con todo el respeto que me merece su labor como escritor y la de unos personajes que son suyos y con los que usted puede hacer lo que le dé la real gana.

Totalmente de acuerdo en que la guerra de Afganistán es larga y poco conocida y todo ello pese a que participamos en ella y ha costado la vida a un ciento de nuestros soldados. Por eso libros como el suyo que ponen negro sobre blanco la realidad de lo que allí ocurre y muestran nuestra real y leal implicación son bienvenidos para una nación, España, tan pusilánime cuando se habla del tema de la guerra.

Como seguidor de Vila y Chamorro me siento, sin embargo, algo defraudado. Considero que son ellos menos que nunca. El paisaje y la pasión para describir lo que es aquel país y la misión de los soldados españoles allí, los deja en un segundo plano. Rubén no se muestra ni tan escéptico ni tan cínico como en otras ocasiones y Virginia simplemente está desaparecida  con brevísimas intervenciones en las que ni siquiera parece ella.

Los personajes, los verdaderos protagonistas de la serie, se desdibujan en el entorno árido, seco y polvoriento pareciendo, finalmente, espejismos de sí mismos. Tal vez no eran ellos los más indicados para contar lo que había que contar de lo que allí ocurre.