30/5/05
Y Francia ha votado que no con la vista puesta en la ampliación turca; Turquía no es Europa mal que les pese y su integración con calzador nunca se hará sin el beneplácito de los grandes de la UE que, al día de hoy, no la desean.
¿Y ahora qué? Esperar, sólo cabe esperar; primero los otros refrendos y después las maniobras de ingeniería política que los expertos de la UE efectuarán para darle la vuelta a los resultados y poner en marcha lo que hace años tienen entre ceja y ceja hacer marchar. A los ciudadanos que les den árnica. Ellos que saben.
Las consecuencias para España son las derivadas de que, una vez más, nos hemos juntado con los malos de la clase. Francia se ve abocada a una crisis política, a un cambio de gobierno y dentro de dos años: adiós Chirac. Alemania verá desaparecer a su actual Canciller en pocos meses y los democristianos vienen con otras ideas. Consecuentemente nos tocará vivir una etapa de aislamiento y de perdida de peso internacional aún más profunda que la actual.
En fin. Cuando aprenderán estos dirigentes, que nos damos a nosotros mismos, que los ciudadanos no son tontos y que si bien es fácil convencerlos en algunas ocasiones, véase el ejemplo español, en otras no van a dejarles poner la carreta delante de los bueyes. Este NO es lo menos que se merece un Tratado escrito de espaldas a la ciudadanía europea.