18 oct 2005

Política y políticos

XXXIX Jornada

18/10/05

Es bien cierto que hay que ser respetuosos con la legalidad y que el Estado de Derecho tiene mecanismos suficientes para impedir que se comentan irresponsabilidades pero todos conocemos a los políticos que nos gobiernan y su enorme capacidad para torcer la legalidad todas aquellas veces que beneficia a sus intereses y más en este caso en que se han puesto, dominados por una fiebre enfermiza, a cambiar y modificar lo que nadie les ha pedido.

Todo puede ser legal pero cuando es injusto o discriminatorio la ciudadanía debe hacer valer su voz fuera de los foros estrictamente legalistas –en otras palabras, debe tomar la calle- y señalar a nuestros representantes aquello que ya decía Ortega “no es esto, no es esto”.

Si la convivencia ciudadana puede verse alterada, si nuestro modo de vida puede verse amenazado, si nuestro futuro se vuelve incierto y todo ello es debido a la suma de los actos de unos incompetentes, por mucho que hayan sido elegidos por nosotros mismos, dichos incompetentes deben desaparecer de nuestra vidas y cuanto antes mejor. Ser elegido por el pueblo no significa adquirir una patente de corso para hacer aquello que a uno le dé la gana.

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