Voto secuestrado

XXVI Jornada
23/5/05

El político profesional secuestra el voto durante cuatro años. Los ciudadanos no pueden ejercer ningún control sobre las personas que recibieron sus votos de forma indirecta ya que el elector vota partidos y no personas. Pero en un gesto de prepotencia el elegido se apropia de esos votos y durante el periodo comprendido entre elección y elección hace de su capa un sayo. Se diga lo que se diga durante cuatro años deja de representar a los ciudadanos y se representa a sí mismo. Cobra el sueldo que el mismo se pone, hace todos los viajes gratis que el mismo decide, se protege contra la justicia que no le alcanza, puede ofender a los otros sin menoscabo de su dignidad y sus actuaciones pueden ser lo absurdas y alejadas de la realidad de su electorado cuanto considere oportuno. Cuatro años más tarde, sólo tiene que lograr convencer al partido de su oportuna labor para lograr ser situado en uno de los puestos que le garantice la reelección, aparecer en un par de mítines y esperar; el electorado es muy agradecido con los preocupados por su bienestar y suele responder. Conseguido el objetivo sólo cabe seguir viviendo y poner cara de sufrimiento durante cuatro años más.

Este fin de semana dos payasos elegidos por este sistema han paseado su palmito por Oriente Medio y el público ha quedado encantado con su actuación; aplausos a rabiar.