22 ene 2015

El Islam y la Ilustración

Estoy leyendo un manual universitario de historia sobre la transición de las estructuras medievales hacia la modernidad (La civilización feudal. Europa del año mil a la colonización de América. Jérôme Baschet. Fondo de Cultura Económica. México, 2009). Como bien sabemos una de las instituciones dominantes de la época era la Iglesia. Transcribo el siguiente párrafo: 

“[…] Por lo tanto, si la iglesia –identificada con el clero- ordena y dirige a la sociedad, en el sentido comunitario de la palabra, ella es la sociedad misma. […] En consecuencia, no es posible considerarla como si fuera un simple sector, entre otros, de la realidad medieval. Además, si la iglesia es la sociedad misma, no tiene ningún sentido recurrir a la noción de religión tal como hoy en día la entendemos, es decir, como creencia personal libremente elegida (aunque esta se esboza en el siglo XVI, sólo llega a consolidarse en el siglo XVIII con la Ilustración). […] Sobre todo, no es para nada una cuestión de opción personal; uno es cristiano porque nace en la cristiandad. Es una identidad recibida (mediante el rito del bautismo), que no se discute.”

Si sustituimos las palabras iglesia, clero y cristiandad por islam, imanes e islamismo podemos afirmar que la situación actual de dicha creencia es la misma que vivía la iglesia en el medievo.
Ello explicaría su obsesión por dominar todos y cada unos de los resortes sociales en los países musulmanes sin dejar resquicio alguno para creencias personales.
Luego nos espera una larga travesía del desierto hasta que veamos como una Revolución Ilustrada se instala en esa sociedad y es capaz de liberarse del yugo que ahora la oprime.
Hay que ser conscientes de que tenemos un verdadero problema en occidente si no somos capaces de convencer a las ramas más moderadas del Islam de que la libertad de credo es un rasgo que define al ser humano en la búsqueda de la felicidad.

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