29 mar 2011

Tuit

Vengo observando desde hace unas semanas que algunos medios de comunicación, "asuntos propios" de RNE y el periódico "El Mundo" entre otros, han apostado fuerte por la red social twitter y la ponen como ejemplo último de lo que es la participación de los ciudadanos.


Para los que no conozcan su funcionamiento se pueden escribir mensajes de texto con un máximo de 140 caracteres, es decir, obliga a comprimir el pensamiento tipo telegrama. Pero los participantes no piensan telegráficamente y más bien intenta emular a La Rochefoucauld. Pero, y ahí está el quid de la cuestión, pasar a la historia con alguna frase célebre sólo es posible si detrás de la frase existe un verdadero pensamiento elaborado.
La participación real se limita a escribir lo primero que a uno se le pasa por la cabeza, tenga o no sentido no es lo importante, lo importante es conseguir seguidores y, a ser posible, convertirse en un gurú algo sólo al alcance de los famosos.
El famoseo se ha hecho dueño y señor de este tipo de red y los simples mortales les siguen y beben de sus pensamientos como si de "jesucristos" se trataran. En la frase anterior incluso la palabra pensamientos debería ir entrecomillada.
Escribir en la red es un acto hedonista sin más, sea en un blog, sea en facebook o sea en twitter; las posibilidades reales de ser leído o escuchado son muy pequeñas y la participación mediante cualquier sistema social en otros programas de radio, televisión o prensa supone asumir el riesgo de ser utilizado y manipulado. 
Pero es difícil sustraerse al placer que supone el pensar que lo dicho por uno se encuentra en esa nube virtual que todo lo envuelve y al alcance de nadie (valdría para twitter).

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