11 abr 2013

Emiliano Zapata

El 10 de abril de 1919 moría asesinado, el apóstol de la revolución mejicana y símbolo de los campesinos desposeídos, Emiliano Zapata en la Hacienda de San Juan Chinameca en Morelos tras una emboscada a traición.


Zapata se enfrentó a los sectores más oficialistas de la revolución que se inicia en Mexico en 1910 al negarse estos a llevar hasta sus últimas consecuencias el llamado Plan de Ayala que contemplaba la devolución de las tierras robadas a los campesinos por los hacendados millonarios. Para Zapata la revolución había sido traicionada y no quedaba otra que seguir luchando.
Los distintos gobiernos se sucedieron y Emiliano Zapata paso a ser un estorbo que, junto con Villa, preconizaba una forma de poder lejos de los intereses oligárquicos e incluso norteamericanos. 

"Muchos de ellos, por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, o por cohecho o soborno están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos."

Su movimiento, indudable manifestación del descontento campesino, no llegó a consolidarse como una verdadera organización político-militar y no paso de ser una guerrilla sin mucho futuro.
Su muerte se convirtió en una necesidad y en 1919, en la emboscada de Morelos, su cuerpo fue tiroteado sin piedad y  expuesto de una forma similar a como luego, años más tarde, lo sería el cadáver del Che.


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